IoT: ¿Evolución de la eHealth en la Digital Health?
Podemos definir el Internet de las Cosas como una "infraestructura global para la sociedad de la información, que permite la provisión de servicios avanzados a través de la interconexión de objetos físicos y virtuales (cosas), basada en tecnologías de la información y comunicación existentes, interoperables y en continua evolución" [1]. En otras palabras, el IoT nos permite hiperconectar dispositivos de forma conjunta, generando información relevante que permita ofrecer servicios. Algunos ejemplos de aplicación pueden ser:
En el sector de la salud y bienestar social, el Internet de las Cosas (IOT) permite incorporar datos recogidos por múltiples sensores, y hacerlo apoyando al propio usuario, al profesional sanitario, el cuidador o el proveedor de servicios. De esta manera podemos diseñar e implementar servicios que aporten información de mucho más valor, en el momento que sea necesaria y con capacidad para comparar respecto situaciones históricas o poblacionales de forma sencilla.
Evidentemente todo dependerá de la voluntad de compartir determinados conjuntos de datos por parte de los ciudadanos, que son los verdaderos actores clave. Pues serán los datos generados por ellos los que permitirán dotar de inteligencia los sistemas avanzados en los que se implementen.
Retos para la implementación de IoT en salud
Teniendo en cuenta que los puntos clave son la integración de datos de múltiples fuentes y la compartición de éstas, los dos retos fundamentales que se presentan son la interoperabilidad (tecnológica y semántica) y la seguridad y privacidad de los datos. Algunas de las barreras mencionadas en la implantación de proyectos están relacionadas con la falta de información por parte de las agencias de regulación para mover datos en la "nube", guías de interoperabilidad y marcos de financiación y retorno, entre otros. No obstante existen casos de éxito que se pueden tomar como referencia, como es el caso del modelo sanitario catalán, que fue mencionado en alguna de las ponencias.
La seguridad y privacidad, y la posterior compartición de los datos fueron tratados de forma transversal durante varias sesiones, identificando como elemento diferenciador el alto nivel de seguridad que requieren los datos de salud, pero compartiendo la preocupación conjunta de compartir datos sensibles. Otro elemento a destacar fue la importancia no sólo de generar datos fiables, sino también de generar confianza de los usuarios en estos datos. En salud es fundamental el papel del usuario, que pueda decidir qué nivel de datos (agregados o valores individuales) desea compartir con el servicio para mejorar la experiencia que éste recibe.
El reto del uso de estándares en salud en el Internet de las Cosas también fue tratado con una experiencia donde se presentó la integración de datos de sistemas hospitalarios mediante IoT, donde el sistema integraba las diversas señales y generaba alertas inteligentes combinando múltiples parámetros vitales. [2]
Conclusiones de la jornada
La sensación general de las experiencias presentadas durante el congreso, es que todo lo que conocíamos hasta ahora, tratado bajo el paraguas de eHealth y mHealth, queda perfectamente incorporado (o integrado) dentro del nuevo paradigma de el Internet de las Cosas. Pues gracias a la interconectividad de múltiples sensores, se nos ofrecen servicios de salud avanzados con un nivel de integración de datos mucho más alto y una proactividad que puede permitir la mejora de la prestación de estos servicios. Teniendo presente que la implementación de proyectos relacionados con el yate requerirá de una mayor participación e interacción entre profesionales, los centros y los proveedores tecnológicos, a fin de definir un marco acordado de seguridad.
[1] http://www.itu.int/ITU-T/recommendations/rec.aspx?rec=y.2060
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